Marlen tenía una vida perfecta junto a John, pero lamentablemente el destino vino para destruir todo aquello que creía seguro. El mundo siguió girando, había que seguir viviendo y levantarse no era una opción, sino una obligación.
Como madre se aferró a sus hijos y lo hizo muy bien, sin embargo, jamás pensó que volvería a reconstruirse como mujer.
Sin saberlo, o sin querer creerlo, la oportunidad de volver a sentir estaba más cerca de lo que imaginaba.
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