domingo, 29 de noviembre de 2015

El espía alemán, Lou Carrigan


… Sería estúpido atraerla a Miami para matarla o torturarla en busca de secretos de espionaje… ¿No le parece que eso mismo podría hacerlo en la propia Nueva York? Y no me guarde rencor por ser alemán. Conocí a su madre, aquella extraordinaria mujer fusilada en Cherche Midi, pero todo lo que hice fue admirarla por el inigualable sacrificio que realizó por su patria. La admiré y la respeté a ella, y la admiro y respeto a usted. Estoy dispuesto a probarle mi sinceridad y mi honor del modo que juzgue conveniente. Mis señas están en el sobre, y si acepta entrevistarse conmigo le ruego que me lo comunique telegráficamente.

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